domingo, 9 de junio de 2013

¿A qué le apetece jugar a la diosa vida?

La palabra juego parece una palabra simple que sólo indica una cosa , pero tod@s sabemos que puede resultar ser más que  una simple  actividad
Hay juegos macabros, juegos sucios, juegos adictivos, (aunque la adicción la creas tú, no el juego), juegos de riesgo, juegos sólo para adult@s, juegos sexuales, etc...
Ayer la vida se lo pasó de puta madre jugando conmigo, pero todavía no entiendo muy bien a qué jugamos anoche, ni el fin de la partida. Se supone que cada juego tiene una finalidad, un objetivo lúdico, seas o no seas conciente de él.
Empecemos por el hecho de que ayer me enfrenté a rondar la zona que me recuerda a cierta persona que me impulsó inconcientemente a abrir este blog. La cual trato de arrancar de mi mente y de mi vida por cuestiones de salud mental.
Me quedé estancada en la fase 7 de la trancisión, no he avanzado, es un logro llegar hasta ella y considero que la alcancé con facilidad, pero ya debería de haberla superado.
Ayer Tania me recordó caminando por la calle que la canción bad romance  de Lady Gaga (canción choteada y comercial al máximo) es una canción que guarda similitudes con mi historia seudo romántica con aquel, el otro, ese, EL. Yo estaba tarareándola y me hizo caer en la cuenta, al momento dejé de hacerlo. Llegamos a un bar y la primera canción que escuchamos fue bad romance remezclada, a continuación sonó stars, del grupo  Simply Red, canción que escuchabamos juntos, al igual que la que sonó después, mister Jones, de Amy Winehouse, y así como cinco canciones más con efecto bofetón.
Tania y yo cambiamos de bar, donde sonó somebody that I used to know, de Gotye, canción que me hace bastante daño, supongo que la frase de <<ahora solo eres alguien que solia conocer >> me fastidia un poco. Las señales seguian abofeteandome la cara, porque esta canción ya está totalmente pasada de moda, aún así tuvo que sonar..
Nos encontramos con un colega, Martín, a este chico lo conocimos en el negocio de El. e hicimos migas los tres  (bueno, yo más que migas me lo acabé tirando). Nos fuimos del bar ,Martín, Tania, y yo a la casa de este, pero antes de llegar dio tres vueltas con el coche justo  por las inmediaciones de el negocio de El. El estómago se me encogia cada vez que observaba la zona en la que estábamos desde los cristales del coche de Martín. No pude evitar pensar  que hacia nada miraba esas calles desde los cristales del coche de El.
Eran tantas las señales que me conducian a pensar en él que por un momento creí que la diosa vida  me estaba alertando de que nos ibamos a ver, o que contactaría conmigo, pero no fue así. Tal vez  signifique que él pensaba en mi como yo he pensado en él, y las señales me quieran mostrar que nuestras energias se atraen en la distancia aunque se pierdan en el silencio.
No entiendo las señales internas, ni las externas y me cuesta entender la realidad.
http://www.youtube.com/watch?NR=1&feature=fvwp&v=5nkuKH2VmCg


1 comentario:

  1. Las casualidades, Azucena Roja, a veces son la morfina de la desintoxicación. No son buenas para la salud, pero te ayudan a despertar en el proceso.

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