martes, 21 de mayo de 2013

Quién se atreve a decir la verdad:

Sandra fue una niña con una potente imaginación, creció desarrollando la capacidad imaginativa más que cualquier otra.
De pequeña se leyó un libro  titulado Pesadilla antes de navidad , de Tim Burton y quedó fascinada, la idea de encontrar algún bosque con árboles llenos de puertas que dieran paso a otros mundos le obsesionaba. Más adelante vio la película,  en ella pudo ver como  abrir la puerta de la ciudad de halloween, consideraba que era una ciudad maravillosa y divertida, aunque ficticia. Sandra se decía a sí misma que todo era mentira, que todo lo habia conocido en un libro y después visto en una pelicula, no podia ser verdad, el mundo no era así. Esto no es algo que viese tan claro como la luz del sol, se obligaba a ser racional y entender qué era la ficción, pero no podia evitar soñar con la teoria de las puertas y creerlo como cierto.
Siguió creciendo y concienciándose de que la realidad tenia que vivirla y la ficción  disfrutarla por minutos al realizar actividades que la tratasen, como el cine, la lectura, los números de mágia, etc. Se obligó a dejar de jugar con muñecas, ya que la sociedad le había enseñado que a partir de cierta edad no podias seguir jugando, dejó de creer en fábulas e historias de media noche y puso todo su empeño en ser una persona lo más racional y terrenal posible.
Sandra se hizo adolescente y empezó a interesarse por el mundo que la rodeaba, de adolescente pasó a joven y ya conocía lo suficiente como para estar indignada con todo, con la especie humana, con la sociedad, con el sistema, con todo.
No era de extrañar que la ideología que más la atrapase fuera el anarquismo, era la más utópica de todas, la más ideal, bonita y justa.
La realidad que vivia, o lo que le habian enseñado que era el mundo real  no le gustaba, y lo que el resto analizaba como real ella lo veia como una mentira.
Sandra iba a contracorriente en todo, era parte de su carácter y en el terreno sexual no sería diferente.
A los 12 años se enamoró apasionadamente de la historia de Drácula, de Bram Stoker, a partir de ahí creyó férreamente en el amor eterno y se juró vivir una historia romántica con todo el corazón. Así pasó, no conoció a su príncipe de las tinieblas pero si a su príncipe de luz.
La habitación de los dos era el castillo, y la vista de la pequeña ciudad era la vista de los montes cárpatos. Sandra era una chica con una economía media baja  y una vida normal, pero era la princesa del corazón de su príncipe.
Los años pasaban y  se daba cuenta de que evidentemente su chico era maravilloso, un diamante en bruto. Era afortunada de tenerle, nadie le habia dado tanto amor jamás a parte de su madre, pero.....
La rutina, las diferencias y de más fueron fisurando la amorosa estructura de Sandra y su chico. Ella queria amarle, pero poco a poco sólo pudo quererle, claro que las mentiras de la realidad son poderosas, ella se convenció de que el amor seguia flotando en el aire que respiraban y nada la convencería de lo contrario.
Quién podria entenderla como él, si llevaban juntos desde que Sandra tenia 17 años. A los 19 le confesó que sin poder evitarlo su visión a cerca de las mujeres habia cambiado. Dejó de observar su belleza de forma simplemente objetiva, ahora podia sentir deseo por ellas. No sabia por qué pero era así, su sexualidad se transformó, mejor dicho, se ramificó, le gustaban los hombres y también las mujeres.
Él era tan maravilloso que ignoró su  visión tradicional y comprendió a Sandra, tratándola de la misma forma que siempre y apollándola con su nueva sexualidad, incluso pronunció la palabra bisexual sin tartamudear.
Los años siguieron pasando y cuando Sandra  estaba a punto de cumplir 26 años abandonó a su principe. Ya no queria seguir siendo una princesa, viviendo tranquila y reposada en el castillo, ahora queria ser una guerrera y disfrutar de la adrenalina que proporciona la batalla.
Sandra empezó a vivir experiencias muy divertidas y a comprender qué significaba nadar desprotegida y sin refugio en las aguas emocionales.
Mil historias la rodearon, pero la más falsa fue la más trascendental. Por qué falsa. ¿Se decian mentiras sin cesar? Realmente si, pero ese no es el motivo. ¿Falsa porque se veian con otras personas?. Lo hacian, pero tampoco era ese el problema.
Lo primero es explicar como era él. Era un hombre 23 años mayor que Sandra, con demasiadas experiencias en sus costillas. No por acumular años en el DNI se es rico en experiencias, pero él si que lo era. Su nombre era Paul, era alto, de cuerpo atlético, moreno, de cabello canoso, ojos azules y sonrisa perfecta.
La primera vez que lo vió pensó que era el camarero del bar, pero más tarde supo que a parte era el dueño. Por qué debia trabajar igual y más que los otros camareros. ¿Por necesidad? No, el motivo era que la noche, el bar, esa gente, ese ambiente, todo lo que se veia en el local era el resumen de la vida de Paul.
Sandra se negaba a creer que un oficio significase la vida entera de alguien, y más cuando tu trabajo consistia en servir vasos de bebida sin parar. Cómo alguien era capaz de dar la espalda a todo lo que la vida puede ofrecerle a un hombre tremendamente atractivo, económicamente pudiente, muy inteligente, divertido, sociable, apasionado, chulesco, y atrevido. Todo eso era Paul y él mismo se habia atrevido a renunciar a todo por encargarse sin descanso de un local donde todo el mundo, incluido él consumian cantidades ingentes de alcohol y cocaína.
Aparentemente Paul parecia ese hombre frio, mujeriego, sin verguenza, despreocupado, manipulador, egocéntrico y mal criado. Sin duda lo era, pero también era muy sensible, tierno, mimoso, cariñoso, e inteligente.
Pero vuelvo a repetir, <<Cantidades ingentes de cocaina y alcohol>>Esto explicaba mucha de las acciones absurdas y frias de Paul, acciones que solo podian entender otros consumidores habituales y las personas que le rodeaban con frecuencia. Sandra no podia entenderlo, amigas de ella le habian intentado explicar que cuando una persona consume durante mucho tiempo y de manera habitual esa blanca sustancia se convertia en un enfermo/a aunque su aspecto diga lo contrario.
¿Alguna vez has padecido dolor de muelas?  Verás que tu humor cambia, tu actitud cambia, hasta tus pensamientos cambian. Lo que pasa es que un día se acaba todo ese dolor y transformación del carácter, una vez deja de dolerte dejas de sentirte así de mal. Pero la persona que consume drogas lo hace por deseo, no la va a abandonar, aunque sufre transformaciones negativas que afectan a todo en su vida.
Sandra fue quien se acercó a Paul, ella lo tentó y este calló de pleno, ni siquiera se lo pensó. Sandra estaba en su momento de mujer guerrera, arta de que tuvieran que ser los hombres los descarados y los que se encargasen de elegir a la mujer que ligarse, ella decidió actuar, y no lo hizo de manera discreta ni dulce.
Le dijo claramente que estaba en su bar para follar con él, y qué le parecia la idea. No hubo respuesta, si no acción. La metió en el baño y la deboró.
A partir de ese momento Paul y Sandra quedaron extrañamente conectados, pero no de manera positiva, suena bonito, pero no es bonita la palabra para definir la unión entre los dos.
Paul sacaba la parte más agresiva de Sandra, nadie habia conseguido enfurecerla tanto jamás, y Sandra se preguntaba a sí misma por qué sentia tanta rabia cuando estaba con él, si para ella era un juguete que podia abandonar en cualquier momento. Solo tenia que divertirse con él hasta que pasara de moda o se rompiese.
Paul solia explicarle a Sandra que el motivo de su unión se debía a las feromonas. No es cien por cien una teoria aceptada científicamente, pero ellos eran  parte de ese porcentaje que apollaba la idea de que los humanos tenemos esas feromonas. Él era el macho que enloquecia al olerlas y Sandra la responsable de emanarlas y enloquecerlo con ellas.
Con el tiempo Paul  dió una explicación del motivo de la potente unión un poco menos centrada en el sexo. Se atrevió a pronunciar la palabra sentimientos.
Sandra habia tenido serios problemas toda la vida para distinguir lo real de lo irreal y Paul no hacia más que confundirla. La confusión a cerca de los sentimientos de Paul era algo normal, pero ella misma se habia mentido tanto que ya no sabia qué pensaba. Ella comenzó este juego, por qué ahora le resultaba tan plástico, ella fue desagradable con él desde el minuto cero, por qué queria ahora un principe azul, ella le escondia la verdad en ciertos aspectos que habian intentado tratar, por qué deseaba de él toda la verdad.
Como no estaba segura de nada optó por seguir los pasos de éste, si él queria frialdad ella sería la dama de hielo, si él queria pasión ella sería la amante más implacable del mundo, si él queria juego ella seria la jugadora más brutal, y cuando él queria momentos de amor ella se entregaba a darselo de pies a cabeza.
No fue esta una buena medida, Sandra cada vez se veia más enganchada y perdida. Pero se estaba prendando de una mentira humana, porque Paul podia parecer un hombre, pero realmente era una máquina, lo era  porque habia renunciado a los sentimientos. Ahora era predecible, frio y mecánico, queria comportarse como una máquina y eso lo alejaba  cada vez más de ser persona.
Muchas fueron las malas jugadas de Paul, Sandra seguia perdida y por eso era transigente, porque no estaba segura de nada. Solo estaba segura de desearle con todas sus fuerzas, y de estar totalmente enredada en la telaraña de este.
Sandra se convencia en soledad de que Paul estaba con ella por el sexo y nada más, pero él le hablaba de sentimientos, entonces Sandra creia que todo era un proceso en el cual se podia ir avanzando paso a paso, entonces Paul volvia del punto tres al punto cero, lo cual hacia que Sandra volviera a no entender de qué palo iban.
Una noche Sandra experimentó lo que se dice llanamente de esa gotita que colma el vaso. Paul habia dormido con ella la noche anterior y habia sido maravilloso. Se dedicaron un millón de besos, hicieron el amor, jugaron desnudos entre las sábanas y durmieron abrazados. Al día siguiente Paul firmo su sentencia, la dejó esperando por él de la manera más injusta. Sandra veia todo como una burla y cuando quiso no pensar más la realidad la agarró de los hombros y la sacudió con fuerza.
Llena de rabia y dolor, no tanto por el cuelgue como por la realidad que la estaba saludando, dejó en el contestador de éste un mensaje de voz que solo contenia horripilantes y sinceras palabras.
Una de las frases tiene que citarse ya que la amiga de Sandra, Tania, gran amiga y cómplice de las travesuras de Sandra y Paul, pasó de casi llorar por su amiga a reirse a carcajadas al escucharla dedicando tan hermosa frase. <<-Paul, vete a la mierda y que seas feliz en ella>>


Este fue el triste final de la historia entre Sandra y Paul, él nunca volvió a rechistar y ella nunca se retracto de los mil insultos propiciados, ni de las frases hirientes.
Lo más revelador para Sandra fue darse cuenta de lo peligroso que es mentirse si mismo/a. Todo el rato tuvo delante de ella a la misma persona, comportándose de la misma manera, y todo ese tiempo recibió los mismos consejos y advertencias sobre él, sin embargo y pese a decir que era conciente de la persona con la que se estaba relacionando no vió la realidad hasta que calló esa última gota.
Esto la ha llevado a plantearse todo en su vida. Por ejemplo, la actividad que más le gusta a Sandra es salir de fiesta por las noches, ahora se da cuenta de que su mayor afición es una gorda mentira. Tiene que beber alcohol para que pintar su realidad de colores y tiene que arreglar mucho su aspecto, que es una forma inocente de mentir.
A la hora de alimentarse por qué coger comidas insanas, artificiales  y calóricas, pues porque estas saciando otros aspectos que no tienen que ver con la alimentación.
Por qué una conversación sin tabaco no es tan agradable, por qué alargar situaciones sentimentales destructivas, por qué coleccionar amantes. Tal vez sea por engordar el ego y no las experiencias y el disfrute.
Paul ha sido el doloroso paso hacia el camino de la verdad, no de la verdad del mundo y las demás personas, simplemente la verdad de ella misma.
                                                                                                                   Suerte Sandra


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